Los Buenos Modales, la Etiqueta, la Civilidad
Los Buenos Modales, la Etiqueta, la Civilidad
Recuerdo con gusto e incluso con alegría cuando mi papá nos trajo a casa un librito con dibujos que hablaba de la ETIQUETA y yo me sentía como que andaba en otro mundo. Eso de ver cómo dirigirte y relacionarte con las personas, respetarles sus opiniones, cuidar de los espacios para no entrometernos, cómo pararte, cómo comer sin fastidiar a otros (Ay nanita unas personas quienes nomás con mostrar cómo comen nos molestan y nos muestran sin apariencias tooodoooo lo que tiene su personalidad).
Así que cuando veo a chicas de apenas unos 20 años de edad hablando y escribiendo de una manera por demás vulgar, sin vocabulario apropiado, sin respetar a sus interlocutores, mostrando bajezas de espíritu, pues me revuelve el estómago, el esófago y el hígado. Así que cuando alguien me dijo que en las escuelas nuestras, en los planes académicos de escuelas primarias y secundarias habían quitado la materia de Civismo y otras parecidas, pues no pude más que entristecerme.
Ya acá y después de muchos años me di cuenta que las buenas maneras no pasan de moda ni aún cuando utilicemos nuevos medios de comunicación. No hay más falta de respeto que no saber qué hacer para Vivir Bien con los demás y nos empecinemos en mostrar lo más bajo y sórdido de nuestras personalidades.
Con el título de Treating People Well (Tratando Bien a la Gente) cuyos autores fueron secretarios del departamento social de la Casa Blanca nos muestra cómo hay poder en la civilidad tanto en el trabajo como en la vida personal.
Lea Berman y Jeremy Bernard son los autores de este libro que tiene historia, gracia y considero sirve como una buena guía para convivir con otras personas.
Lo que me dejó esta avalancha de opiniones, críticas, noticias falsas, noticias creadas por los medios masivos de comunicación referentes a la elección presidencial en México, fue que nos falta mucho (me incluyo) en tratar a nuestros adversarios como enemigos. Creo que si no perdí un par de buenos amigos, ellos le pensarán para invitarme de nuevo a un café. Nos falta el respeto, el conocimiento de lo que es un verdadero debate de ideas. Fui muy explícita al decir que ser adversarios precisamente es estar en contra del “verso” de la otra persona, pero eso no significa que no estemos por los mismos ideales. Que porque somos de un partido politico o de otro, se nos puede acusar fácilmente de ladrones, corruptos, ultraderechistas, “pejezombies” y otras barbaridades.
Este libro tiene un prólogo de una persona especial que fungió como Primera Dama de este país: Laura Bush. Independientemente de la opinión (no fue de mis favoritas) sin duda una persona respetuosa, elegante de buenas maneras, admirable y sin duda inteligente y preparada académicamente.