Recibiendo un premio a lo mejor de la televisión.
Recibiendo un premio a lo mejor de la televisión.
Hágase el 'Muertito' si se Quiere Suicidar
Sí, ya seeeeeé…
Con este encabezado confirmo que soy una irreverente de primera. Otros dirán “sarcástica” y los más acérrimos ‘amigos’ dirán que ‘desalmada’.Pero es que la experiencia del suicidio para mí ha sido atroz y las atrocidades las he enfrentado siempre con sarcasmo y humor negro. Este es más espeso que el dolor, que luego se ve alivianado.
Porque si vieran lo que me ha dolido saber de la muerte de mi adorado Anthony Bourdin.
Así que cuando mis dolores físicos también se suman a los del alma, pues no hay más descubrimiento bello que saber que hacerla de “muertito” en la piscina ayuda tremendamente.
Relajada, viendo el techo incoloro y plano, pero flotando como si anduviera en el espacio, me llené de una tranquilidad que creo que la muerte trae. Pero no necesito morirme y me agrada saber (como me gusta mucho la vida) que puedo disfrutar enormemente de momentos de felicidad y pletórica tranquilidad.
En Nigeria... "I am a lucky man" ("Soy un hombre suertudo")
Por eso amigos, a pesar de que los medios masivos de comunicación ahora nos comparten muchos números telefónicos de ayuda contra el suicidio; esos números ‘Uno Ochocientos’, pues mejor váyase a la alberca y hágala de muertito un rato. Ayuda tremendamente para preservar la vida.
Floté, ingrávida y gentil como “pompa de jabón” (diría Joan Manuel Serrat).
Y fui feliz nuevamente ante el dolor de haber perdido a Anthony Bourdin. Creí (ilusa) que un día lo conocería. Muy segura estaba de ello porque a mí no se me dificulta lograr lo que quiero. De verdad. El problema es que ha veces no quiero, como sé a muchos amigos les pasa .
Bourdin…
Un cocinero que empezó su exitosa carrera como lavaplatos. Luego como asistente de jefes de cocina, terminando con una carrera exitosa como escritor y reportero.
Pienso que Bourdin era eso. Un reportero (que no es lo mismo decir periodista). Y muy político por cierto. Al menos eso vi en su serie de documentales titulada “Parts Unknown” que realizaba visitando los más recónditos lugares de este planeta. Acompañado siempre de un excelente equipo de camarógrafos y asistentes, Bourdin cuestionaba hasta la forma de gobierno de los países que visitaba desde el ángulo de la cocina. Creo que ésta era un pretexto para su talento como escritor de libros y de guiones para sus programas televisivos.
Lo interesante es que él mismo no se consideraba buen cocinero. Llegó a decir que a un buen cocinero se le reconocía por la manera en que cocinaba los huevos.
Y estoy de acuerdo. Conozco (de primera mano) “chefs” que tienen hermosa retórica, lindos videos, grandes planes de promoción de la cocina de sus lugares de origen y a la mera hora, la comida es terrible y no le gusta a nadie. Ahí termina la cosa por muy buenas intenciones que tengamos.
Algunos no sabemos cocinar, pero tenemos buen paladar y sabemos lo que es bueno. Me encanta la cocina… pero tengo una falta de sazón que Ay Dios!. Me pasa lo mismo con las artes plásticas. Dicen que tengo “buen ojo” pero soy tremendamente mala a la hora de ejecutar ideas con las manos. “Chambona”, dirían algunos… pero eso, vuelvo y repito, no demerita mi gusto por lo que está bien hecho y el respeto que le tengo a la estética para saber quien es bueno y quien se hace pasar por ello.
Así Bourdin decía que no entendía cómo había llegado tan lejos haciendo algo que ni trabajo le costaba. Para él, el escribir le causaba un poco de verguenza porque le era tan fácil. “No puedo creer que la gente me dé dinero por esta ‘mier…’ igual con la televisión. Para mí no es trabajo. Al final del día, la TV es el mejor trabajo del mundo. Voy a donde quiero, como y tomo lo que me da la gana. Empiezo a balbucear y la gente paga por escucharme. Es un regalo. Hace unos meses estaba sentado de culcillas en las montañas de Vietnam con un grupo de indígenas tailandeses como Invitado de Honor tomando whiskey de arroz. Hace tres años no me hubiera imaginado que hubiera podido vivir eso. Soy un suertudo…”
Suertudos muchos de los que vivimos y compartimos la misma vida, la misma generación y el mismo planeta, de alguna manera.
Suertuda yo de conocer al menos de “lejecitos” gente que nos hace soñar, crecer, y vivir…
Aunque al final ellos mismos se quiten la vida.
Espero recuperarme.
Saludos,
Nora.
Anthony Bourdin con su equipo de trabajo poco antes de su muerte.