Foto de Pavorreal en la Haciendo Galindo en Querétaro.
Foto de Pavorreal en la Haciendo Galindo en Querétaro.
¿Será que habrá animales que saben que son bellos?
Es que me resisto a creer eso que dicen que la belleza es una percepción cultural… entonces ¿por qué el pavorreal se engalana?… ¿Por qué al desplegar sus plumas conquista a su amada… la feíta, feíta pavita?
¿Sus ojos perciben su propio encanto? Los míos, sí. Mis ojos, los que registran en mi mente lo que a ésta conviene, pues están listos para gozar de lo que esta naturaleza terrenal proporciona gratuitamente a los humanos.
Y me siento como esa pavita feliz a la que intentan hacer el amor con puros brillos, colores y “pavoneadas” de su encantador amado… amigos saben que el pavorreal me ha inspirado durante mucho tiempo y ha sido un motivo para disfrutar de la elegancia y la gloria que esta exótica ave nos regala.
En nuestros viajes por nuestro “México lindo y querido”, desayunando enmedio de árboles centenarios y embelesada por la vegetación, miren lo que encontré en la Hacienda Galindo… sí, esa que Hernán Cortés regaló a La Malinche en el Estado de Querétaro: Un lindo pavorreal que nos habla mucho de la belleza que nos da esa tierra que nos vio nacer… Así, viéndome con ojos del “buen morir” esta ave tan peculiar estuvo desplegando su hermosura casi a mis pies… risueño y cómplice de mi conducta en el comer.
Aunque es una especie originaria de la India, en México se aprecia mucho esta ave que sirve de inspiración para el diseño de cerámicas, óleos y textiles muy propios de nuestro país. El emperador Carlo Magno los trajo de la ese país para llevarlos a Babilonia; de ahí se fueron a Persia y luego a Italia, nuestra más directa relación.
No obstante su belleza, su captura se debía al interés por su carne, y le llamaban “comida para valientes”…digna de grandes banquetes para premiar a los héroes después de las batallas. Su figura se relaciona no sólo con la vanidad, sino con la sabiduría, la gloria, y la inmortalidad.
Está como símbolo para muchas actividades de la civilizaciones, pero la que a mí más me gusta, es la relacionada a la mitología griega: Fue el ave simbólica de Hera, la mera mera de Zeus (ninguna concubina…İno!), Diosa del Matrimonio. Hera, media celosilla, encargó a Argos, un gigante con mil ojos, que vigilara a su infiel marido, pero fue asesinado por Hermes (seguro su fiel compadre). Cuando la diosa se enteró, tomó 100 ojos y los puso en la cola del pavorreal, así pues no se escapa Don Zeus de ser vigilado, al menos por una ave bellísima, la que me hizo una mañana feliz entre tanta politiquería y desatinos de grupos que se formaron como “consejeros” del Presidente de México en materia de asuntos de migrantes y mexicanos en el extranjero.
Mejor continúo disfrutando de mi café, papaya, jugo de naranja, huevos con espinacas y un delicioso café mexicano mientras mis amigos arreglan el mundo, que en este pavorreal, tengo un buen acompañante.