Tendría yo como unos 10 años de edad y una amiga muy particular, a quien por esta ocasión le pondré el nombre de Alicia, por aquello de que como no la he visto en 40 años… no me vaya a demandar.
No recuerdo que Alicia haya sido talentosa, pero eso sí, inteligente como nadie... ¡asombrosa! ...
Yo no sabía lo que era eso del "coeficiente intelectual", pero seguro ella tenía mucho de eso que aún no sé cómo se digiere ... Mi amiga vivía por su cerebro y quizás no por sus emociones que -a diferencia mía- raramente mostraba.
Era un deleite conversar con ella hasta el amanecer ... no entiendo como dormíamos veinte minutos y estábamos listas para la regañada de las mamás lueguito de que salía el sol y había qué reportarnos. "No sé qué va a ser de estas niñas comadre... que no entienden de disciplina”, decía su mamá… y la mía se apuntaba con la frase: “luego no quieren ni comer"... (¿yo? ¿no querer comer?, pues sí, aunque no lo crean mis conocidos, y a pesar de que ahora todo, todito, todo, lo arreglo con comida).
... volviendo al tema, creo que las Tres Caritas ayudaron mucho en la recuperación de los ánimos y de la piel y pues nos mostraba frescas y rozagantes luego de la trasnochada anterior.
Se me hacía curioso que una amiga con muy buenas posibilidades económicas (era hija de un próspero empresario) usara esta crema tan baratita ... especialmente si la comparamos con esas de marcas finas que nos endilgan cuando uno se atreve a entrar a tiendas exclusivas en las que nos quitan un dineral. Pues ahí les va la “escondida frase” que todas tienen en sus promociones: "Aminora la apariencia de las arrugas"... o sea que no las quita... no las desaparece... sólo quitan momentáneamente la APARIENCIA de las mismas... y pues si a apariencias vamos, estas TRES CARITAS te dan una “increíble”...
Brillosa, brillosa le quedaba la cara a mi amiga. Era morenita y se veía como una muñeca de barro medio colorado... yo la usaba porque no había traído la mía ...esa sí era cara, porque era la de mi mamá...
Ahora, acá, en Estados Unidos, que me encuentro una de estas caritas en una farmacia y que la compro, y que la uso y que ¡me encanta!... ahora sí, una sola cremita para todo... porque tenía una para la cara, una para el cuerpo, una para el cuello, una para los ojos y una hasta para las cejas y el cabello.... no fuera que hasta en los ojos me salieran canas.... y voilâ dicen los franceses... ¡cómo he ahorrado dinero este mes!…
Amigos, hombres, mujeres, niños y niñas, les invito a considerar esta cremita que quizás ya tenga casi 50 años de edad.
En la foto, y volviendo a mi época preferida... los años veintes, treintas…les comparto mis TRES CARITAS en recipiente extra grande (para que me dure) acompañada de sus amigas las otras cremitas ricas: las primeras versiones de una de Esteé Lauder, y una versión antigua del perfume de Madame Rochas que conseguí en una tienda de antigüedades de las calles Clark y Devon en el siempre interesante barrio del norte de la Ciudad.
Saludos cordiales, como siempre a todos.
Nora Oranday