DEL PERIODISMO Y EL CINE
“Aprendiz de todo y experta en nada”
DEL PERIODISMO Y EL CINE
“Aprendiz de todo y experta en nada”
Desde el 2009 tengo el libro que me interesó leer y que por esas “coincidencias” que nos deparan los días y nos atacan por sorpresa, lo encontré precisamente un par de semanas atrás. De Personal History, (Historia Personal) escrito por su autora, la misma Katherin Graham, no he leído más que su contraportada. Para ello encontraré la manera de dejar de lavar platos, ropa, hacer la planchada y las cosas que últimamente hago cuando tengo tiempo. Tengo sin duda que empezar la lectura de este libro.
Como el título lo dice, la historia personal de Katherine Graham presidenta y propietaria mayoritaria del prestigioso diario The Washington Post, es por demás interesante. La actriz Mery Streep dio una interpretación fidedigna de su persona, pero para mi gusto, aburridona… debería decir mejor “candorosa” si quiero tener palabras agradables en mi vocabulario. Bueno, así la presenta el director Steven Spielberg quien dedicó la cinta a la escritora (para mi gran sorpresa) Nora Ephron.
Ahora sí que fue al revés conmigo: Vi la película y luego, por tercera vez, intento leer el libro escrito por la misma Katherine Graham y que poseo desde 2009. El que la publicación haya obtenido el Premio Pultitzer, es más que una meritoria señal para leerlo.
El librito de casi 700 páginas dice mucho de quien primero es admiradora de su brillante marido a más no poder. Un esposo víctima de un “accidente” (suicidio) y amigo confidente de los ex presidentes John F. Kennedy y Lyndon B. Johnson y muy respetado por otros medios de comunicación.
Personal History fue un libro galardonado con el Premio Pultizer y según gente (que sí lo leyó), ésta es una historia de una mujer por demás extraordinaria de la que sí sabemos, se descubre ante la sociedad como una mujer que superó sus crisis personales y profesionales y mostró una vida fascinante ante la prensa y la sociedad norteamericana al quedarse como directora y presidenta y ganar una batalla por haber publicado reportes confidenciales del gobierno de los Estados Unidos, por lo que se le acusaba de “traición a la patria”. La señora Graham se arriesgó con la publicación de estos reports, de ir prisión y con riesgos de perder su empresa editorial.
Les seré sincera: no pude seguir el guión, la historia, los detalles políticos del filme porque me fui al pasado. Personalmente me recordó mis tiempos en el periódico El Norte de Monterrey (papa de el Reforma) sus juntas editoriales …diariamente tempranito y luego ya otra por la tarde para el “cierre” de edición. En ellas me sentía como actriz con los nervios que se tienen cuando se abre el telón. Así de excitantes eran estas juntas.
Les hablo de cuando el estilo periodístico era el reflejo de las éticas profesionales, de los riesgos ante otros medios y sobre todo ante las autoridades gobernantes de esa época. Del saber que como compañeros de labor tenía colaboradores que con una sola frase podían cambiar el rumbo de una comunidad y de otros más talentosos, de toda una nación. Muchos nombres, muchos maestros, muchos directores editoriales que con esta profesión del periodismo reflejan la voz general de una sociedad.
Los periodistas, los de verdad, los que no se venden, los que no manejan influencias para obtener sin lealtad a las fuentes de información, ya no decir sin preparación en el manejo de su mejor herramienta: la lengua, el idioma, el estilo periodístico al cual se deben…Nunca aprendí mucho porque dejé la carrera como tal. Me quedé trunca, sin habilidad diríamos, pero aún sigo fascinada por la primera cosa que debe tener un periodista: curiosidad y valentía para desarmarse y desarmar a cualquiera con el debate.
Abelardo Leal (qpd) el creador de la columna política seguida por miles y miles de lectores diariamente bajo el nombre de “maquiavelo” y a quien menciono con miedo de no hacerle justicia como periodista, nos decía que el periodista es “aprendiz de todo y experto en nada” y que podíamos tener la verdad en la mano y en la máquina de escribir, pero que si no teníamos cómo comprobarlo, no salía. Sin pruebas, no hay publicación. Sin respeto a las fuentes, no hay escrito, y nos regresaban con todo un trabajo hecho… frente a nosotros se rompían las cuartillas. En navidad, regresábamos todos los regalos que a los periodistas nos daban, así fueran del cura de la iglesia más pobre de la Ciudad.
De las éticas, pues si no teníamos una base legal, cero publicación, así viéramos a soldados robándose las urnas y quemando los votos en los procesos electorales. Si no teníamos foto, si no había una declaración con nombre, no valía.
Ni modo… les debo muchas anécdotas de estos años de periodista.
Por lo pronto, los dejo con la invitación a ver esta cinta nominada para los Premios Óscares de la Academia de Ciencias Cinematográficas este año.
Saludos cordiales a los amigos lectores.