Mi Mamá me Mima
¡Mentira!...y nunca lo hizo
Mi Mamá me Mima
¡Mentira!...y nunca lo hizo
Pero tuvo una manera de querer a sus hijos, especialmente a mí, muy peculiar.
En una reunión reciente en casa de una amiga, les hablaba (casi puedo decir que a las paredes porque ellas seguían en otro tema), de lo que era ser una madre que nos permitía crecer y desarrollarnos con ideas propias y sin miedo al qué dirán de los que nos rodean. Eso me trajo sin duda muchos, pero muchos problemas porque nunca me dijo cómo hacerlo y tuve que encontrar la manera “por mí misma”. He ahí el meollo de asunto. El hacernos crecer sin miedo seguramente le hacía creer que no debía mimarnos.
Ese amor se reflejaba en estar sobre nosotros con frases como: “Párese derechita, que se verá más bonita”, aunque nunca lo hubieras sido. Otra frase: “No importa que use pantalones, usted cierre las piernas al sentarse” y yo agregaría: “y al pararse, y sobre todo al acostarse”, pero bueno, ahí lo dejamos.
Por otra parte, para ella, el querernos, era tener a nuestro alcance las cosas, los temas, las lecturas, los amigos, la ropa, las actividades y hasta los maestros que nos dieran felicidad.
Nuestra felicidad y contentamiento fueron siempre suyos. Ustedes vieran que nosotros escogíamos a nuestros maestros y no al revés como sucedía con los demás compañeritos de la escuela. Todavía no sé en qué arengas se metía para lograrlo. Ella decía que no iba a meter a sus hijos a un salón de clases donde sólo se leían y cantaban “coritos”, que para música y voces, pues en mi casa, que mi papá tenía una excelente voz, que lo hubiese convertido en millonario en estos tiempos si se hubiera dedicado a ese negocio. No podría decir de ella lo mismo porque era tan, pero tan desentonada, que cantaba las “Mañanitas” (el ‘Happy Birthday’ de nuestro idioma) con tonada de “El Ausente” (canción mexicana muy popular). Linda madre que tuve.
Y siguiendo con la forma peculiar de mimarnos, les diré que la anécdota más hermosa y edificante para mi personalidad, fue cuando una vez mi hermano (cinco años menor que yo) llegó a casa gritando que estaba “harto” de que no tuviera ropa limpia y planchadita como la mayoría de sus amiguitos, en aquel entonces por edades de los 15 años, creo. Pues sí, tenían una mamá que les lavaba y les planchaba la ropa y como para darle (o darnos una lección) puso a mi hermano a plancharnos la ropa, hacernos de comer y trapear el piso de la cocina todos los días por una semana entera. Desde entonces mi hermano prepara unas tortillas de harina deliciosas, huevitos con chorizo, frijolitos de la olla y leche con nata… un manjar para nosotros porque mi madre nos tenía a puro licuado de avena y un pan tostado si bien te iba. Su frase final: “a ver a ver…. ¿Y por qué ustedes son los únicos que nos se desmayan en los desfiles patrios?... porque comen poquito y saludablemente”…. Ay qué desdicha. ¡Y te aguantas!
Tenía razón, pero eso me trajo la fatalidad de no ser tan afortunada en las formas físicas, especialmente en la época de la minifalda, y riájales, otra frase suya…. “¿Cuando has visto a una con piernas de jamón vistiendo minifalda que sea elegante? … ay, ahí sí me dio en mi mero mole… yo sí quería ser elegante…
“¿ Has visto a Jackie en minifalda y obesa?" Insistía.
Ella sabía que me gustaba la Jackie, que en ese entonces creo que aún era Kennedy. Me gustaba sobre todo porque hablaba francés y le hacía al castellano que practicó con la Duquesa de Alba en su estancia en España y su visita a México… y a mí, eso de los idiomas, me hacía vivir otros mundos y hacerme sentir como que podía ser varias personas al mismo tiempo… eso me era muy interesante.
Creo que eso también le ocurrió a una tía, que siendo muy joven, perdió la razón…. Dizque porque leía mucho. Yo diría que porque sólo le entraban cosas a la cabeza, pero no le salían y se atascó en su propia mente.
…. A lo mejor y por eso ahora, les escribo y les comento sobre, y como dice el “facebook”: WHATS IN MY MIND…. es para no ¡volverme loca!... gracias por no permitirlo al leer estas líneas que les envío.
¡Saludos!