Edditta Sherman.
Edditta Sherman.
JUVENTUD
...Y los más Viejo Adolescentes del Siglo
Ciencia parece ser a veces lo que se necesita para relajarnos. Años de no saber cómo hacerlo y de no saber que es necesario, hasta que este sábado en medio de una turba de desmañanados en una cafetería cercana a mi casa, vi a una señora delgada, "fibrosa" digo yo( porque no es lo mismo estar delgada con la flacidez por todos lados, que delgada y musculosa).... la vi como viendo hacia la nada. Llega una amiga (supongo) y le dice: ¡Tu siempre luces tan jovial!...
...al lado estaban seis muchachos probablemente desconcertados ante el comentario. Pues sí, lucía más jovial la "chica" entrada en años que estos adolescentes, y eso que el grupo era el más ruidoso y energético protagonista de esta escena sabatina.
Al verlos tan limpiecitos de su cara (lampiños), tan bonitos por su juventud, recordé esos años de secundaria y preparatoria cuando se dice que el "mundo es nuestro"... siempre lo ha sido, pero en esa época lo decimos abiertamente y ante cualquiera. Regresé a esos tiempos durante los cuales no le tenía miedo "ni al diablo"... tanto así, que mi atrevimiento iba por todos los lados de mi vida; por donde lo vieran ustedes mis amigos.
Si, así de repente, me aparecía en un baile navideño con mi delgadez "fibrosa" en una bata de dormir convertida en traje de noche porque mi mamá me prestaba una que otra joya de esas que son de verdad y no de perlas encaramadas en plástico semi chino (si, las modificadas que puedes encontrar hasta en las tiendas del "dólar"...). Mi mamá tenía una que otra de valor que atesoraba como cualquiera de los judíos en tiempos anteriores al Holocausto, hasta que los desnudaron completamente y les quitaron todo el oro empezando por el que traían en los dientes.
Entonces mi linda madre (déjenme decirle que era linda la condenada "guera") me decía: "No importa que no traiga ni calzones 'mija', pero una buena joya y unos buenos zapatos, marcan siempre la diferencia. Luego supe que a los calzones, mis amigas citadinas les llamaban elegantemente "pantaletas"... (ay Dios, todo por ser de pueblo).
También luego me di cuenta que las buenas bolsas de mano eran imprescindibles, pero en aquel entonces todavía no las usaba porque no tenía que cargar nada en ellas... menos dinero, porque aún no lo ganaba. Imagínense que le pedía dinero a mi papá para hacerle su regalo de Día del Padre y EL siempre se reía del detalle …con una risa cascabelera y contagiosa que sé mantendré siempre en mi memoria.
Edditta Sherman.
Así, volviendo al tema de la ropa y extravagancias, mi novio de aquel entonces (no digo nombres porque muchos amigos de entonces ya saben quién es) casi se "petateba" del susto al verme vestida de esa manera con un turbante estilo "Kaliman" lista para bailar con él, quien iba vestido de mezclilla y bota vaquera oliendo al divino jabón "palmolive" ... se lo perdonaba porque para mí era el más guapo de todos, pero sobre todo, porque me quería. Siempre lo supe, aunque me hubiese echado la mentira del siglo. Por eso hay que creernos las mentiras, son tan lindas y no arrastran con alegría en la vida... creo que ahí está la clave.
Por eso, cuando un amigo de "facebook" (que alguien diría no es lo mismo que un "amigo de verdad") puso un cartel que hablaba de los viejos jóvenes, se me vino a la mente Editta Sherman, una artista fotógrafa casi centenaria que vivió casi toda su vida en el legendario Carnegie Hall, ese teatro neoyorquino propiedad del mundo:
"Debemos ser los más viejos adolescentes de este siglo"… Amén...
Les comparto un par de fotos de nuestra eterna adolescente. Busquen su biografía, porque si empiezo a hablar de ella, no termino jamás.
Seguimos en contacto, ¡amigos!...
Nora Oranday